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UN POCO DE HISTORIA
La historia del Palacio de Montarco se remonta a 1499 cuando D. Francisco Hernández de Ávila y Tiedra, alcalde de Ciudad Rodrigo de la época, hizo construir esta casa-palacio en estilo gótico-plateresco.
En la Guerra de la Independencia, el General Pérez Herrasti utilizó el palacio como Cuartel General, alojándose también el Duque de Wellington.
En 1958 fue declarado Monumento Nacional o Bien de Interés Cultural (BIC) como parte del Patrimonio Histórico Español, momento en el que su uso era privado.
En 2004 es adquirido por el actual propietario, y en 2007 se decide restaurar el palacio para darle un uso público y dedicarlo a la celebración de eventos. Durante dos años se llevó a cabo una cuidada restauración. Se han combinado de forma modélica el máximo respeto a sus elementos arquitectónicos y decorativos clave con los nuevos elementos necesarios para sus usos actuales.
Durante su rehabilitación se descubrieron y recuperaron algunos espacios y detalles ocultos. También se ha dado un nuevo uso a otros, integrando aunque manteniendo diferenciados los elementos originales con los nuevos, en un diálogo que potencia a ambos.
En cuanto al estilo arquitectónico y la ornamentación, en su fachada resalta la portada de dintel adovelado y las basas góticas, con alfil y columnas torsas rematadas por leones, y las ventanas de adornos góticos. La portada está decorada con el escudo de D. Francisco Hernández de Ávila y Tiedra y el de su esposa, Dña. Aldonza Núñez de Caraveo. El león con la estrella y la flor de lis de los Núñez decora, además, algunas de las ventanas del edificio. Sobre la puerta existe un Vitor dedicado al Doctor Barrientos, canónigo doctoral de la Catedral, que no tiene que ver con esta familia, pero que se escribió aquí siguiendo la costumbre del siglo XVI de pintar el nombre de los que tenían el título de doctor en las fachadas de los edificios más importantes para celebrar su éxito.
Palacio de Montarco se abre a la amplia plaza del Conde, hecho que permite al visitante apreciar toda su fachada de un vistazo tras atravesar la muralla de la ciudad por la puerta del Conde, una de las principales puertas de acceso a Ciudad Rodrigo.
El interior del palacio cuenta con un patio de dieciséis columnas sobre las que descansa una alta galería, cerrada en el siglo XIX, a la que se accede por una gran y espectacular escalera de piedra. Destacan las columnas del tramo superior que dan paso a la galería.
Esta casa-palacio, junto a la Casa de las Conchas de Salamanca, es un de los exponentes de la arquitectura civil renacentista salmantina, así como un referente a nivel nacional.
